Un cambio de perspectiva. La moda surge en el estudio y toma forma en el Atelier, pero es en la calle donde cobra vida y se vuelve real, donde se une a la imperfección de la existencia día tras día a través de la identidad única de quien la viste.

El director creativo Pierpaolo Piccioli sigue apostando por volver a dar sentido a los símbolos de Valentino. En su tenaz misión en pos de la vida y la verdad, que en esencia representa la necesidad presente de arraigarse en un gran legado, sale a la calle (y no solo simbólicamente) con una humanidad diversa y viva.

La trayectoria se hace patente en la dimensión física del movimiento: en la pasarela, la moda (vestida por individuos) se presenta tras un recorrido trazado y un desvío por callejones y aceras. El significado invertido se vuelve aún más evidente y potente a medida que los elementos del vocabulario de Valentino se revelan con claridad. Algunas piezas están sacadas del archivo tal cual, como iconos de la firma reeditados con precisión filológica y con la etiqueta de Valentino Archive para viajar a través del tiempo y el espacio, llegando hasta la dimensión física y las formas de ser de la actualidad. Estas prendas, que han experimentado un marcado desplazamiento histórico (como el abrigo con estampado animal, el vestido blanco vestido por Marisa Berenson o los vestidos largos de flores fotografiados por Chris von Wangenheim), forman parte de un tramado estilístico guiado por la búsqueda de un nuevo significado. Las prendas de vestir se reinterpretan con nuevos volúmenes y colores vivos de apariencia acrílica, mientras que las piezas inspiradas en un estilo de vida activo realzan la esfera física y la sensualidad del cuerpo, dejándolo al descubierto. El tafetán, todo un símbolo de la alta costura, se somete a un proceso de lavado y desgastado que le despoja de todo su lustre para convertirlo en chaquetas, anoraks, camisas oversize y bermudas, con un juego de añadidos que resaltan por los colores en contraste. El denim, combinado con preciosas camisas blancas decoradas, con incrustaciones de bordado sangallo y con otros motivos bordados, es otro de los homenajes a las prendas del archivo. Los exagerados estampados de flores se mezclan de forma instintiva, mientras que los bordados pasan de las prendas de noche a las de abrigo. Reconectar con la calle significa tener los pies en el suelo, con las botas o las sandalias planas Roman Stud de Valentino Garavani y la nueva edición de las sandalias de serpiente. Una única tachuela de gran tamaño cierra los bolsos de líneas definidas.

En este viaje por el tiempo y el espacio, solo parece haber una cosa clara: la identidad personal es la que crea la estética y la fragmenta para desarrollarla.

#ValentinoRendezVous