Un Château también puede ser metáfora de los preconceptos colectivos sobre la Alta Costura; puesto que la historia pasada de un Château puede reconfigurarse, estas expectativas pueden confundirse, y las paradojas, desvelarse. Dentro de la complejidad (la complejidad arquitectónica de un Château, la complejidad percibida de la Alta Costura), se puede encontrar simplicidad pura.
Se promueve la ideología fundamental de la Alta Costura: su maestría, su carácter artesanal y el poder del individuo y su unicidad. Estos conceptos se traducen en prendas que reflejan la sensibilidad contemporánea, las realidades modernas. Mediante un proceso de reducción, se obtiene el resultado anómalo de añadir significado.
Las prendas son marcadamente sencillas, se mueven junto al cuerpo, siguen sus formas ágilmente; las costuras son reducidas, precisas y centradas. Los ideales del pasado se evocan con espíritu actual: tejidos más ligeros, recuerdos de decoraciones abstractas, arabescos de colores intensos que sugieren una imitación del barroco, un maximalismo minimizado. Los tejidos drapeados congelan el movimiento, frenando cualquier impulso y aislando un instante en la inmovilidad. Permiten así una pausa para considerar, analizar, reflexionar.
La humanidad está en el centro de todo: los zapatos bajos liberan el movimiento, las prendas fluyen, expresión de emoción individual y sentimiento humano. Instintivos y espontáneos, aparecen toques de lujo: un semblante de armiño, una cascada de joyas de cristal, reminiscencias de historias. Y, por el contrario, lo cotidiano puede convertirse en excepcional: las camisetas se convierten en trajes de gala, los vaqueros vintage Levi’s® 501 XX Big E bridan la tela donde realizar bordados dorados. Otros vaqueros se reinventan, el denim se construye mediante un minucioso trampantojo de perlitas que suscita curiosidad y exige un análisis más detenido para comprender: un enfoque, una filosofía que caracteriza esta colección en su conjunto. Lo cotidiano adquiere preciosidad y se convierte en una celebración de su belleza, una igualdad que huye de la jerarquía.
Se explora una tensión entre un ambiente y las figuras en su interior – las personas pasan de la grandeza de los interiores a la libertad de la naturaleza, cuyas prendas son emblemáticas de la dualidad de esta transición. Aquí, “Un Château” se convierte en un espacio para amplificar ideas, un espacio abierto e inclusivo, destinado a todo el mundo.