Como color, el negro siempre ha albergado en sí mismo una multitud de definiciones y significados, en constante transformación, percibidos por todos. Los negros de Mark Rothko, los negros reflectantes de Pierre Soulages, las formas negras escultóricas de Constantin Brâncuși... expresan la amplitud de la sintaxis, el lenguaje del negro. Representante de la universalidad y la individualidad, de la uniformidad y la idiosincrasia, el negro funciona físicamente como ningún otro color, absorbiendo la luz. Se exploran sus profundidades, se presenta un léxico del negro. Asimismo, desde el punto de vista filosófico, absorbe nuestras definiciones y ramificaciones culturales, memorias y significados. Aquí, el negro puede convertirse en un color no de sobriedad, sino de exuberancia, un tono que ofrece una rebelión al romanticismo, un grafismo marcado al flou.
Color de lo cotidiano, aquí el negro se amplifica, se utiliza para recontextualizar los signos y significantes de Valentino: escarapelas, volantes, bordados, encajes. Una reimaginación de la codificación de Valentino, volantes y plisé abstractos dentro de claroscuros, mientras que su lenguaje de alta costura se traduce en vestidos, la fragilidad adquiere fuerza. Estampados, bordados, tejidos, dan diferentes vidas al negro; la técnica bautizada por Valentino Altorilievo (Altorrelieve) se ejecuta en tul, cayendo como sombras sobre el cuerpo. Las formas adquieren calidad escultórica en terciopelos intensos y crêpe, mientras que las transparencias de gasa velan la piel. En el universo del negro, los gestos del pasado pueden convertirse en nuevos, observados desde un nuevo punto de vista, dotados de una identidad diferente. Las siluetas arquetípicas de Valentino, las líneas glamurosas y los hombros definidos, que se inspiran de manera inconfundible en los años 80, se reexaminan sin nostalgia, se afilan para delinear cuerpos de hoy. Una contraposición en negro, entre ligereza y dureza, antes y ahora.
El negro puede desafiar y hacer estallar los estereotipos: como indica Baudelaire, el negro encierra en sí mismo su propia democracia. El día y la noche se mezclan, las siluetas preciosas y los adornos adquieren una nueva realidad, una nueva empatía. Como se puede decir "Rosso Valentino", también se puede decir "Noir Valentino".