Esta es una decisión que concierne al universo de las tiendas dentro de la red más consolidada de casas italianas de alta costura, un espacio importante donde la gente se encuentra y se relaciona con el toque humano como centro. Entrar en una tienda de Valentino es embarcarse en un viaje visual, emocional y de experiencia personal que, sin importar el lugar donde se encuentre, pone al cliente en primer lugar. El proceso de apagado se inicia dentro de los espacios de la Maison y también incluye armoniosamente a toda su comunidad, alentada por la cultura de la marca Valentino a crear valor compartido a través de la adopción de las mejores prácticas diarias.

Una ecuación precisa, un equilibrio justo entre las acciones concretas de responsabilidad ambiental y social, que encaja transversal y sinérgicamente en el ADN de la marca con el objetivo común de generar un cambio positivo.

El acto de apagar las luces es, por lo tanto, no solo un mensaje práctico con el fin de mejorar la eficiencia del consumo, sino también un gesto muy simbólico, que refleja la cultura empresarial y los valores esenciales de Valentino, lo que, como consecuencia, permite la reducción de los costos operativos de funcionamiento. En Italia, cerca del 80 % de la energía que utiliza Maison Valentino para sus oficinas, sus tiendas y sus centros de producción procede de fuentes renovables.

Un enfoque de 360° que se impregna en la transición ecológica de la Maison y en su mentalidad consciente, un pilar esencial de las acciones diarias de la marca en diferentes áreas comerciales.

El plan de reducir el consumo es una clara señal de un enfoque inquebrantable sobre el medioambiente, tanto a nivel local como mundial.

De este modo, Valentino se dirige también a su comunidad e invita a cada persona a adoptar un enfoque consciente en materia de ahorro energético para seguir construyendo juntos, paso a paso, un futuro mejor para nosotros y para todos.

#ValentinoForAChange