La pureza como síntesis consciente, la eliminación intencionada de lo que resulta excesivo. ​​
​Es una sustracción, no una ausencia. ​
El proceso de crear lleva la cuenta de lo que se ha quitado. ​​
Conduce a lo esencial con toda la tensión de la implicancia. ​​
Esos espacios vacíos no son falta de contenido, sino una declaración de las elecciones personales. ​​
En esas omisiones, en esas alusiones, se encuentra la profundidad de la identidad. ​​
Los cortes y las transparencia revelan la personalidad. ​​
​Al mismo tiempo, muchas capas se convierten en ninguna. La multitud se convierte en unidad. ​​
Un oxímoron permite restablecer todas las abundancias. ​Al haber alcanzado su nivel más alto, las emociones se liberan. ​​
La claridad surge a partir de una nueva conciencia. El ahora toma forma. ​La gente real facilita todo, pone lo extraordinario en un marco familiar. ​​
​Un cambio similar traduce el idioma de la alta costura en el alfabeto de lo prêt-à-porter. ​​
Los corsés se transforman en ropa interior, y los vestidos de gala, en sudaderas. ​​
La sastrería destina el mismo espacio a diferentes proporciones. ​​
Desenvolver una imagen significa desenvolver una idea. Deshacerse de la estructura y ver lo que hay adentro.​

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