Roma: la eterna ciudad metafórica, una metrópolis que acoge y lo contempla todo. Roma: el escenario de la modernidad, ab antiquo. Roma: valor y contexto. Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli trasladan la Alta Costura Valentino al lugar que aman, donde todo comienza y tiene un significado. Mediante un evento integral generado por la dispersión de esporas invisibles de creatividad y propuestas palpables, a partir de la cual surge el desfile de moda, muestran al público –a través de sus ojos– un viaje mágico y misterioso que explora una Roma repleta de maravillas que la mayoría desconocen: misteriosa, pagana y eclesiástica, sensorial y rigurosa, oscura y seductora.

El set austero y elegante, diseñado por el artista Pietro Ruffo, es una interpretación moderna del Foro Romano. Este es el escenario de una colección solemne con un misterio mágico: profunda, decadente y emotiva. La silueta altiva y vertical sugiere combinaciones imaginativas del drapeado clásico y la linealidad típica de las sotanas, togas y capas. La esencia romana se expresa a través de la calidad de líneas y superficies elegantes y vibrantes con una vitalidad multisensorial extraordinaria: texturas como el mármol, elementos decorativos e intarsias de mosaico y simbolismo. Brocados suntuosos y bordes lujosos forman ribetes majestuosos. Los vestidos largos visten a las damas cual poesía oscura y frágil. Los abrigos y las capas con una austeridad marcial cuentan historias de aventuras. Los exuberantes elementos decorativos presentan una opacidad que representa el tiempo condensado. El bordado con hilo metálico decora prendas impalpables y virginales. Los fragmentos de joyas de Alessandro Gaggio dejan huellas del pasado en el look. La paleta densa y misteriosa captura el espíritu nocturno de la colección: tonos verde oscuro, naranja intenso, rojo pagano y negro.

Roma: perspectiva y horizonte estético, portadora de un mensaje armonioso en nombre del eterno y nunca menguante valor de la belleza.